CUIDANDO NUESTRA PIEL , CUIDAMOS NUESTRA SALUD
En base a los estudios recientes y los resultados obtenidos con este tratamiento de la psoriasis y el vitíligo, podemos decir que ambas tienen el mismo origen. Es decir, un mal funcionamiento del metabolismo en la eliminación de toxinas del organismo (radicales libres).
El exceso de adrenalina liberada por las diversas situaciones de estrés detonantes, produce un aumento en la cantidad de toxinas (radicales libres) en la corriente sanguínea produciendo una sobrecarga de éstas en el bazo, hígado, riñón y páncreas. No teniendo tiempo de eliminarlas se produce una acumulación de las toxinas en estos órganos, y como consecuencia se perjudica su correcto funcionamiento.
El mal funcionamiento de estos órganos provoca la acumulación de toxinas en la piel, especialmente en las zonas más susceptibles. Como respuesta a de esto, se produce un descontrol en la división celular provocando la muerte prematura de los queratinocitos, generándose así las lesiones que estos pacientes adquieren.
Como parte de la acumulación de estos residuos en el hígado, se originan los síntomas que suelen estar presentes en estos pacientes, como son las cefaleas, dolores abdominales, desgano, depresión, picazón en zonas de las lesiones, pudiendo estar todos presentes, o sólo alguno de ellos.
Esta asociación del origen de ambas enfermedades se puede observar también, cuando aparece la manifestación de ambas en una misma persona, o en dos o más miembros de una misma familia.
Un tratamiento adecuado se basa precisamente en la desintoxicación del organismo y ayudando a los órganos involucrados, a realizar esta acción normalmente, es decir normalizando el metabolismo de las toxinas.
Para esto utilizamos, entre otras indicaciones que el médico le dará en el momento de la consulta y dependiendo del paciente y del caso:
Este tipo de tratamiento actúa eficazmente en todas las manifestaciones de la psoriasis y en cualquier etapa de la misma:
Características y origen de la psoriasis.
La psoriasis es una enfermedad que se manifiesta en la piel (dermatosis), que surge a cualquier edad, produciéndose placas que tienen apariencia de costras que descaman (eritematosas y escamosas) y que pueden variar en su apariencia y aparición.
Se observan en el paciente unas escamas cutáneas blanquecinas o nacaradas secas que descaman al rascárselas, o rojas que sangran con facilidad. Estas lesiones escamosas se van fusionando, formando placas con contorno irregular, consistencia firme y bien delimitadas, y de acuerdo a su forma de agruparse se determinan las distintas clasificaciones de la misma.
Estas lesiones suelen ubicarse predominantemente en los lugares de mayor roce, aunque también pueden encontrarse en cuero cabelludo, cara, uñas, palmas de manos y plantas de los pies, genitales y cuerpo en general. Pueden aparecer en una de estas ubicaciones o en varias a la vez.
Estas placas se pueden presentar en diferentes tamaños, formas, espesor, cantidades y localizaciones, e incluso también pueden afectar las uñas y las articulaciones.
En los niños, su aparición muchas veces puede ser mal interpretada como una micosis o eccema. Se localiza como en los adultos en cualquiera de las zonas ya mencionadas, y tiene también aparición en la cara, donde su frecuencia es mayor que en los adultos. En los niños se puede observar más el factor hereditario de esta enfermedad, ya que es frecuente encontrar el antecedente de psoriasis en uno o ambos padres.
El origen de la psoriasis en cualquiera de sus características externas, se asocia a la liberación excesiva de adrenalina en situaciones de estrés físico o psíquico, razón por la cual se lo relaciona con factores emocionales y siendo éste el gatillo de su aparición.
La piel es un órgano de vital importancia, de estructura compleja, que limita el cuerpo con el medio exterior y posee varias funciones importantes:
Estructura de la piel.
La piel está constituida por tres capas superpuestas:
Y a éstas se agregan anexos cutáneos:
La Epidermis. Está formada predominantemente por células llamadas queratinocitos. Estos, al madurar, forman una barrera epidérmica (lo que vemos como piel), también llamada estrato córneo. Esta capa de células superficiales se renueva constantemente por medio de la descamación normal que sufre la piel.
Este mecanismo se realiza gracias a la producción y recambio ordenado de las células en el estrato basal o inferior, donde los queratinocitos inferiores (células basales) se dividen permanentemente por mitosis dando lugar a las células, que luego maduran y ascienden formando la superficie que nosotros observamos, llamada piel.
En pieles normales, todo este proceso desde la formación del queratinocito hasta la maduración y ascensión del mismo a la superficie para finalmente descamar, se desarrolla en un lapso de 28 días.
Las células precursoras de los queratinocitos tienen origen en los folículos pilosos. El estrato córneo en estado normal, tiene un grosor de 10 a 50 micrómetros.
Además de los queratinocitos, la epidermis contiene tres tipos de células más:
Dermis. forma una estructura de sostén. Es fibrosa, resistente y deformable, y se sitúa debajo de la epidermis .
La constituyen fibras de colágeno, elastina y reticulina.
Contiene vasos sanguíneos, vasos linfáticos, estructuras nerviosas, glándulas sebáceas y músculo liso.
La dermis está formada por una sustancia gelatinosa que sirve de sostén de las fibras que la constituyen. Esta sustancia es la que almacena gran parte del agua corporal. Los nutrientes llegan a la epidermis y a la dermis a través de los vasos sanguíneos dérmicos.
Hipodermis. Es el tejido subcutáneo, que está formado por células adiposas , además de vasos sanguíneos y nervios.
Esta capa actúa como depósito de lípidos, como aislante para la conservación del calor corporal y como amortiguador frente a los traumatismos.
Referencia bibliográfica: Goldsmith LA: Physiology, biochemistry and molecular biology of the skins. New York Oxford University.
¡Cuídate, infórmate
Las bajas temperaturas producen o empeoran padecimientos del órgano más extenso de nuestro cuerpo.
En temporada invernal hay que estar alertas ya que existen padecimientos de la piel que llegan a surgir y algunos otros que se agravan por las bajas temperaturas, por ejemplo, el más común es la Xerosis o sequedad extrema de la piel.
La piel en esta temporada sufre de deshidratación debido a que el frío baja la humedad relativa del aire y esto llega a secar considerablemente la piel.
“Esta resequedad puede predisponer a otros problemas cutáneos. En el caso de los que padecen problemas circulatorios, éstos pueden agravarse cuando el termómetro desciende”.
Respecto a la frecuencia de estos trastornos en la piel, se cree que las mujeres son más vulnerables, aunque los hombres también llegan a presentarlos. Así mismo, la piel blanca es más sensible que la morena.
El frío también puede provocar en la piel sabañones (lesiones enrojecidas en las manos), la urticaria al frío, el livedo reticularis (especie de coloración violácea en las extremidades), la acrocianosis (manos y pies morados) y el fenómeno de Raynaud (enrojecimiento de la piel en extremidades también), donde esta última puede acompañar a enfermedades generalizadas o se presenta de manera aislada dejando lesiones que impactan hasta en el recién nacido.
Recomendaciones:
· Abrigarse de manera adecuada, usando guantes en las manos, cremas humectantes y lubricantes.
· No ducharnos demasiado, ni abusar del jabón.
· Evitar los cambios bruscos de temperatura y la ropa que no permite un adecuada ventilación, como texturas de plástico que generalmente se usan en el calzado.
· Aumentar la ingesta de líquidos.
· Considerar que en época de frío la gente suele bañarse con agua más caliente de lo normal, lo que aumenta la deshidratación cutánea.
A veces la piel seca o irritada es empeorada por hábitos exagerados de limpieza o uso de medicamentos inapropiados. Hay que acudir al dermatólogo o informarse sobre medidas de higiene pertinentes en esta temporada invernal. ¡Cuídate, infórmate
PIELES BLANCAS Y SENSIBLES
Hoy en día es más común que personas con pieles sensibles o muy reactivas utilicen cosméticos especiales para sus tipos cutáneos. La fragilidad, la tendencia al enrojecimiento y a sufrir irritaciones y la posibilidad de desarrollar la hiperactividad, son características de las pieles sensibles. Todo esto es originado por alteraciones en la función barrera generando así, una sensibilidad especial de la epidermis hacia los estímulos externos, como son el clima, la luz, los cosméticos, la contaminación, etcétera; y hacia los estímulos internos, tales como el estrés, algunas patologías, el cansancio, por mencionar algunos.
En este sentido, las personas que tienen piel seca son las más propensas a desarrollar hipersensibilidad. Sin embargo, es importante distinguir dicha hipersensibilidad de una alergia, pues la primera no es generada por una reacción inmunológica, a diferencia de las alergias.
La cuperosis se puede identificar con la aparición de filamentos finos arborizados de color rojizo, principalmente en las mejillas, en las aletas de la nariz y en el mentón.
Estos filamentos son comúnmente conocidos como telangiectasias.
Esta alteración de la circulación es más frecuente mujeres con piel sensible, blanca, fina y/o que se enrojece con facilidad. Pues la epidermis de esta piel es mucho más transparente. Aún cuando la cuperosis no es una enfermedad, sino un problema estético, de no tratarse a tiempo, puede desarrollar Rosácea entre los 35 y 40 años de edad.
La rosácea, al contrario de la cuperosis, sí es una enfermedad que presenta las telangiectasias de manera permanente en la piel, además de generar pústulas, granulomas. También afecta al sistema visual con el desarrollo de bafaritis y conjuntivitis.
Por lo establecido en los párrafos anteriores, la cuperosis se puede catalogar como una alteración vascular de las arteriolas y las vénulas. Al ser la elasticidad de estos vasos periféricos prácticamente nula, cuando el flujo sanguíneo se incrementa de forma brusca los factores externos estresantes debilitan las paredes de los vasos y es, esta dilatación continua de las vénulas y las arteriolas la causante de que éstas sean visibles en la piel blanca y sensible.
DESENCADENANTES DE LA CUPEROSIS
Factores Externos
Los factores que pueden desencadenar la aparición de telangiectasis se pueden categorizar en químicos, físicos y medioambientales.
Son factores químicos aquellos que mediante la acción nociva de agentes químicos o irritantes como jabones provocan eczema facial con facilidad.
Son factores físicos el contacto con el agua fría, la exposición al calor, los pequeños golpes y traumatismos en la piel.
Son factores medioambientales los cambios de temperatura, las lluvias, el calor intenso, el viento, etcétera.
Todas estas variantes son generadoras de una vasodilatación y vasoconstricción brusca, lo que provoca la aparición de telangiectasias.
Factores Internos
En este sentido, los trastornos digestivos ocasionados por la ingestión excesiva de alcohol, alimentos irritantes y/o alimentos mal masticados; el nerviosismo aunado al estrés y enfermedades como hipertensión, diabetes y problemas hepáticos, pueden ser desencadenantes internos de la cuperosis.
Los primeros síntomas de la cuperosis son el enrojecimiento y la congestión de la zona media de la cara; en un principio se manifiesta por lapsos breves de tiempo, posteriormente pueden llegar a manifestarse de manera permanente. El siguiente síntoma es la aparición de la telangiectasias de color rojizo o rojo-violáceo.
PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO
Las mejores medidas que se pueden tomar para evitar el desarrollo de la cuperosis en la piel, en especial si se tiene piel blanca y/o sensible, son: evitar los cambios bruscos de temperatura, moderar y minimizar el consumo de alcohol y alimentos irritantes, evitar el cigarro, descansar de seis a ocho horas diarias, emplear cosméticos especiales para pieles sensibles.
Una vez que la cuperosis se está desarrollando en la piel, es necesario evitar todo tipo de sustancias o productos exfoliantes, pues la piel cuperosa de por sí es delgada, con la exfoliación química o mecánica se corre el riesgo de lastimarla y desencadenar otros males. También deben evitarse los productos fotosensibles como perfumes.
Cuando la cupersosis se encuentra en su estado más avanzado, una de las mejores maneras de eliminar la telangiectasias es empleando el láser vascular, pues éste mejora las reacciones vasomotoras.
Dos consideraciones son muy importantes al momento de tratar cosméticamente la piel cuperosa: el tratamiento debe evitar la irritación cutánea, además debe tratar la reactividad.
La selección de productos para higiene debe hacerse procurando utilizar productos con pocos ingredientes y exentos de perfume. Las leches desmaquillantes o tónicos sin alcohol, son los productos más aconsejables para quitar el maquillaje o limpiar el rostro. Los planes dermatológicos son otra opción igualmente efectiva, pues carecen de tenso-activos irritantes.
Los conservantes de los productos cosméticos también tienden a ser irritantes en la piel sensible, por eso es mejor utilizar conservadores especiales para piel sensible y evitar a toda costa los parabenos.
Sustancias de origen vegetal como el meliloto, regaliz, rusco, castaño de Indias, manzanilla y semillas de vid tiene propiedades vasoconstrictoras y descongestionantes, y aplicadas por vía tópica, pueden ayudar a mejorar el eritma y las telangiectasias.
El dexpantenol, el alfabisabolol y el azuleno (todos ingredientes de la manzanilla) y el ácido glicirrético (ingrediente principal del regaliz) tienen, además, excelentes propiedades calmantes que son auxiliares en el tratamiento de la cuperosis.
Es indispensable la ingesta de Omega-3 para fortalecer, reparar y flexibilizar las arterias y venas