¿LOS PRODUCTOS DE NUTRICOSMETICA PUEDEN AYUDAR A LA DESAPARICIÓN DE OTRAS ENFERMEDADES?
La nueva generación de productos indicados especialmente para la eliminación de arrugas y la regeneración de la piel, están formulados principalmente por Colágeno, Omega-3, Resveratrol, Ácido Hialuronico y Citoquinas, productos que cuentan con un gran número de estudios científicos y clínicos, con lo cual, la falta de rigor científico atribuida a los complementos alimenticios, en este caso, este más que demostrado.
Estos nuevos complementos alimenticios aparecidos por el furor del llamado proceso "anti-envejecimiento", que también ha dado lugar al nacimiento de las llamadas "clinicas Anti-envejecimiento", en algunos casos nos hace recordar que, con anterioridad, formulaciones muy parecidas han sido comercializadas para diferentes deficiencias orgánicas, y que en su momento, algún iluminado, en nomina de alguna que otra empresa farmacéutica, publicó la ineficacia de los mismos.
Pues bien, recordemos los fitonutrientes hoy llamados fitobiologicos, y, a los que se califican como "sustancias naturales extraídas de plantas que tienen gran importancia para la protección y el funcionamiento sano de las células de nuestro organismo."
Los fitobiológicos son un grupo de "micronutrientes" que con sus efectos completan de forma útil el mantenimiento de un sano metabolismo celular con vitaminas, minerales y oligoelementos, así como con los importantes aminoácidos. Ofrecen una contribución adicional al sistema circulatorio, y tienen gran importancia para la protección y el funcionamiento sano de las células de nuestro organismo.
Otros de los productos que con normalidad viene siendo parte de algunas formulaciones indicadas para problemas oseos, es el colágeno.
Se ha podido comprobar que la disolución de colágeno contribuye a que las enfermedades se extiendan a través del cuerpo. La activación de este mecanismo disolvente de colágeno es condición previa para el desarrollo de enfermedades agresivas tales como el cáncer y las infecciones microbianas. Aparte de ello, dicho mecanismo desempeña un papel importante en todas las demás enfermedades que progresan hacia estados avanzados graves. Por eso mismo, toda posibilidad terapéutica que permita frenar o incluso detener este mecanismo debe considerarse como un avance terapéutico extraordinario.
La propia naturaleza nos proporciona dos grandes grupos de moléculas que pueden bloquear el mecanismo de asimilación y disolución de colágeno. Al primer grupo pertenecen los inhibidores propios de nuestro organismo que son capaces de poner fin a la acción de las enzimas disolventes de colágeno en muy poco tiempo. El segundo incluye las sustancias inhibidoras de enzimas que provienen de nuestra dieta o los suplementos dietéticos. El elemento más importante de este segundo grupo es el aminoácido natural L-lisina. Si se suministra una cantidad suficiente de lisina a través de un suplemento dietético, esta sustancia puede bloquear los puntos del tejido conjuntivo de los cuales se sirven las enzimas disolventes de colágeno para sujetarse al mismo. De este modo, la lisina impide que dichas enzimas procedan a una desintegración incontrolada del tejido conjuntivo.
Aunque las células continúen produciendo elevadas cantidades de enzimas disolventes de colágeno, la presencia de la lisina impide que éstas acaben destruyendo el colágeno. Ello permite prevenir la desintegración incontrolada del colágeno y de la estructura del tejido conjuntivo. De este modo, resulta posible frenar o detener el desarrollo de las enfermedades.
De los veinte aminoácidos conocidos nuestras células pueden producir ellas mismas la mayor parte de estos. Son los llamados aminoácidos no esenciales. Nueve que nuestro organismo no puede producir y, por tanto, han de ser suministrados a través de la dieta. Son los aminoácidos esenciales, imprescindibles durante toda la vida.
Dentro del grupo de los aminoácidos esenciales, la lisina ocupa un lugar primordial, similar al que ocupa la vitamina C en el grupo de las vitaminas. La cantidad diaria requerida de lisina sobrepasa la de todos los demás aminoácidos. Una de las muchas funciones de la lisina consiste en que constituye el elemento básico del aminoácido que se conoce con el nombre de carnitina y que desempeña un papel fundamental en el metabolismo energético de cada célula.
El hecho de que el organismo humano pueda almacenar una elevada cantidad de este aminoácido demuestra hasta qué punto es importante para nuestra salud.
El 25% del colágeno, la molécula estructural más frecuente y más importante de los huesos, la piel, las paredes de los vasos sanguíneos y los demás órganos, está formado por dos aminoácidos, la lisina y la prolina. El cuerpo de una persona que pese 70 kg. alberga en todo momento alrededor de 500 g de lisina.
En ocasiones hemos podido leer el gran problema de la hipervitaminosis, en este caso, sufrir una sobredosis de lisina es igual de imposible que sufrir una sobredosis de vitamina C. Nuestro metabolismo está acostumbrado a manejar grandes cantidades de lisina y simplemente secretará las moléculas que no se utilizan. Pero es más frecuente que suceda lo contrario, ya que casi todo el mundo padece una deficiencia crónica de lisina.
En las personas que sufren cáncer u otras enfermedades el equilibrio se rompe a favor del mecanismo de disolución de colágeno. En todos estos casos, los mecanismos celulares naturales no consiguen bloquear debidamente el proceso de desintegración del colágeno, la única posibilidad de detener o frenar este proceso consiste en suministrar una elevada dosis de lisina a través de la dieta.
Otros de los productos que nuestro organismo no puede producir, por lo que debe ser incorporado a través de la dieta habitual, son ácidos grasos esenciales Omega-3 que le dan elasticidad a la piel y desempeñan un papel fundamental.
El Omega-3 aplicado directamente sobre la piel hace revivir las células y las ayuda a mantener su grado de hidratación previniendo de esta forma el envejecimiento cutáneo. El hecho de que la piel se seque y envejezca prematuramente puede ser debido a una deficiencia de Omega-3.
Diversas investigaciones científicas recogidas en el Libro Blanco de los Omega 3 han descubierto como la alimentación, y en particular el consumo de ácidos grasos omega-3, contribuye a prevenir el cáncer de mama, colon, y próstata, entre otros, y a reducir el riesgo de metástasis en enfermos de cáncer.
Todo hace presumir que todas aquellas sustancias que activan nuestras células, hacen mejorar nuestro sistema inmunológico y nuestra calidad de vida, y por lógica es algo normal ya que nosotros somos células.
Dicho esto, debemos de preguntarnos ¿Los productos de Nutricosmética que generalmente están formulados entre otros por, Colágeno Omega 3 y aminoácidos, como lisina, prolina Vitamina C, etc etc., suponen una barrera para el proceso anti-envejecimiento, y también, para una larga lista de deficiencias orgánicas?
Al intentar dar respuesta a nuestra pregunta, volvemos a encontrarnos con la todo poderosa industria farmacéutica, que ignora aquellos tratamiento en base a productos naturales que desde hace mas de 40 años han evidenciado su eficacia.
Pongamos un ejemplo: En 1977, un grupo de investigación sueco dirigido por el Dr. Astedt de la Universidad de Lund informó de la eficacia de los inhibidores enzimáticos en el tratamiento del cáncer de mama: Un año después del tratamiento, el paciente ya había superado su enfermedad."
El tratamiento se realizo con ácido tranexámico un derivado sintético del aminoácido natural lisina. Esta forma de lisina químicamente modificada es mucho más resistente que la sustancia natural. Es un producto artificial que solamente se puede obtener con receta médica. La ingestión de elevadas dosis de lisina tiene un efecto muy similar y no produce los efectos secundarios que se asocian con el uso del ácido tranexámico.
En los pocos casos en que se ha estudiado el bloqueo de las enzimas disolventes de colágeno solamente se han utilizado derivados sintéticos de la lisina. Aquí también prevalece el argumento económico: a diferencia de la sustancia natural que es la lisina, las fórmulas químicas pueden ser patentadas y, por tanto, su uso resulta más rentable para las empresas farmacéuticas. Pero incluso una aplicación más generalizada de estas sustancias patentadas también podría acabar con el cáncer.
Se abre nuevamente la caja de Pandora, si afortunadamente, los productos de nutricosmética, colaboran en la desaparición de disfunciones orgánicas crónicas, cuál será la reacción de la industria farmacéutica que ha ignorado y criticado durante años los primeros éxitos de estos tratamientos.
Si esto llegara a consolidarse, asistiríamos, a una lucha entre titanes entre 2 grandes y poderosas industrias
Posiblemente sin darnos cuenta, sin ser conscientes de ello, nuestra ansiedad por aparentar ser más jóvenes, ha llevado a la industria cosmética a encontrar el método de tener una mejor calidad de vida, un logro que debemos agradecer a la mujer.